viernes, 28 de junio de 2013

La guerra eterna del lobo

El lobo ibérico es una herida siempre abierta en el mundo rural. Perseguido hasta quedar al borde de la extinción en los años 70, las leyes modernas de conservación impulsadas desde Europa permitieron de nuevo la expansión de la especie hacia zonas donde fue exterminado. Desde principios del 2013, el conflicto social que acompaña a la especie ha llegado a niveles extremos en Ávila. Sus detractores han conseguido que la Diputación pida una provincia “libre de lobos” y sus defensores han reunido más de 130.000 firmas en contra de esa declaración, un apoyo inaudito para una especie amenazada en España.

En Navalacruz, un pueblo de la sierra de Ávila con menos de trescientos habitantes, el ganadero Emiliano Casillas sube cada día al monte a echar un vistazo a sus vacas. Desde hace dos años, la visita matinal es obligada porque tiene otros animales que atender: los dos mastines leoneses que protegen su ganado del lobo. “Comen más que una vaca, cuesta su sacrificio, su dinero y no es cosa fácil”, dice Emiliano, que decidió hacerse con los mastines después de sufrir dos ataques. La Junta de Castilla y León le dio una cachorra, y fue a León a comprar otros dos “por una fortuna, 650 euros el perro y 500 la perra”. Él mismo se ocupó de la difícil tarea de adiestrarlos –hasta que se acostumbraron, las vacas mataron a una de las perras- y aunque suele decirse que los mastines no sirven para el ganado vacuno, no ha vuelto a tener problemas con el lobo. “Los perros no son ningún milagro, pero al lado han atacado y han matado, y a mis vacas nada”, asegura.

Los mastines de Emiliano son la respuesta a una situación que, según las organizaciones agrarias, se ha vuelto insoportable para los ganaderos. A finales del 2012, la “Alianza por la unidad del campo”, formada por los sindicatos UPA y COAG, impulsó una moción para instar a la Junta a declarar la provincia “tierra libre de lobos”. Pero esta vez no son sólo los ganaderos los que piden echar al lobo de Ávila, pues al acuerdo ya se han sumado la Diputación provincial y casi 100 municipios abulenses. Un acuerdo sobre el que ha abierto diligencias la Fiscalía y que ha llegado hasta Bruselas: el comisario de medio ambiente europeo, Janez Potočnik, escribió en su perfil de Facebook que “la Comisión seguirá de cerca este asunto y tomará todas las medidas necesarias para garantizar que la legislación ambiental sea respetada”.

“No queremos matarlos a todos, queremos que Ávila sea una zona libre de lobos”, dice el responsable de ganadería de UPA-Ávila, Jesús González. Según González, “la presencia del lobo es totalmente incompatible con la ganadería extensiva”, en la que las vacas pastan libremente por grandes extensiones. “El lobo debe estar donde pueda convivir con los ganaderos. Y si se tiene que cambiar la ley, que se cambie”, afirma.

La ley a la que se refiere González es la Directiva Hábitats de la Unión Europea, aprobada en el año 1992 para proteger la frágil biodiversidad de los países comunitarios. Según establece la directiva, el Canis lupus es una especie cinegética al norte del Duero, pero al sur está “estrictamente protegido”, al mismo nivel que el oso pardo o el lince ibérico. La Junta de Castilla y León también ha intentado extender la caza del lobo al sur del Duero. En 2008 se aprobó el “Plan de gestión y conservación del lobo ibérico”, que permitía el control cinegético al sur del Duero, pero primero el Tribunal Superior de la comunidad, y ahora el Supremo, anularon el plan por vulnerar la normativa comunitaria. El año pasado el ministro Arias Cañete pidió a la Comisión Europea, sin éxito, que cambiara el estatus de protección del cánido.

Joaquín Antonio Pino, el presidente de la ASAJA-Ávila, era uno de los que pedían catalogar al lobo como especie cinegética al sur del Duero, pero ha decidido adoptar una postura más práctica. “Nos guste más o nos guste menos, el lobo va a estar en Ávila, porque lo protegen unas leyes que no van a cambiar”, asegura. Así que su asociación ha optado por dejar de “crear falsas expectativas a los ganaderos con demagogia”, como hacen, según Pino, los que piden una provincia “libre de lobos”. Ahora buscan soluciones con un proyecto, financiado por la Fundación Biodiversidad, que pretende disminuir los ataques de lobos. En una primera fase, están repartiendo cachorros de mastín e iniciando algunas experiencias piloto con vallas electrificadas.

El proyecto de Asaja ha recibido duras críticas de las otras organizaciones agrarias, que no creen que las medidas de prevención sirvan para el ganado vacuno en extensivo y les acusan de traicionar a los ganaderos. También de algunos ecologistas, ya que hasta ahora la organización rechazaba tanto al lobo como la que más. “Si esa gente nos ataca es que vamos por el buen camino. Es más fácil convocar una rueda de prensa y vivir de la demagogia, vivir del cuento, nosotros trabajamos para buscar soluciones”, responde el presidente de Asaja.

Pino destaca que la acogida del proyecto entre los ganaderos “es muy buena”, y asegura que aunque “donde haya lobos, seguirá habiendo ataques”, las explotaciones con medidas los sufren menos. Y saca una cuestión que está en el centro del debate del lobo: las indemnizaciones. En Castilla y León, al contrario de lo que pasa en otras comunidades, quien quiera estar cubierto ante posibles daños debe contratar un seguro. Pero los ganaderos reclaman que, al estar el lobo protegido al sur del Duero, la administración debe compensar por las pérdidas que cause la especie, “rápida, directa y adecuadamente”. “Si la sociedad quiere fauna salvaje, que pague los daños a los ganaderos”, reclama Pino.

Los defensores del lobo señalan, en cambio, que las quejas del sector ganadero por los daños son exageradas. “Los ataques a la ganadería son un problema y no se trata de minimizar sus efectos, pero hay que reflejarlos en su justa medida. Las bajas como consecuencia de la mortalidad natural de las reses suponen entre el 2 y el 5% del conjunto de la cabaña ganadera. El lobo afecta a menos del 1% de la cabaña ganadera en cualquier lugar del mundo donde hay lobos y ganado en extensivo”, dice el investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) Jorge Echegaray.

“Y eso, asumiendo que todos los ataques atribuidos al lobo son obra de lobos”, apunta Echegaray. El biólogo es coautor de un estudio del CSIC, realizado en País Vasco y Burgos, que demostró, mediante el análisis genético de excrementos, que los perros consumen habitualmente ganado doméstico en zonas con muchos ataques.

Pero incluso asumiendo que todos los ataques son de lobos, ¿cuál es la magnitud del problema en Ávila? Según UPA y Coag, en el año 2012 los lobos mataron 410 animales en 360 ataques, con unas pérdidas económicas de unos 185.000 euros. Cifras que, para los defensores del lobo, son insignificantes teniendo en cuenta las millonarias subvenciones europeas que recibe el sector. “Estas ayudas llevan asociadas un compromiso de sostenibilidad ambiental, que ha de incluir al lobo, al ser una especie clave en el funcionamiento natural de los ecosistemas”, dice Echegaray.

Los ganaderos defienden que los datos reales son mayores, y recuerdan que no sólo pierden por cada animal muerto, también por los daños colaterales, por los animales que abortan o dejan de dar leche por el estrés del ataque, por ejemplo. “Además es por el sinvivir. Vas por la mañana a ver el ganado y vas pensando si habrá matado algún animal el lobo”, dice el presidente de la Cámara Agraria de Ávila, Jesús Muñoz. Emiliano Casillas también lamenta el esfuerzo adicional que supone vivir de la ganadería en territorio lobero. Y resume un sentimiento muy extendido entre los ganaderos: “antes podías estar tranquilo”.

Antes, cuando no había lobos. Por su papel como gran depredador, el cánido siempre ha sido perseguido implacablemente por el ser humano. A principios del siglo XX, los lobos aún ocupaban prácticamente toda la Península Ibérica, pero su persecución sistemática los dejó al borde de la desaparición en los años 70, acantonados en las montañas del noroeste y en Sierra Morena. La hemeroteca guarda muchas historias de esos años de exterminio, que alcanzaron su cénit con las llamadas “Juntas Provinciales de Extinción de Animales Dañinos”. Un artículo en el ABC del 15 de febrero de 1949 celebra el exitoso trabajo de la junta de Ávila, que la temporada anterior acabó con 46 lobos, y da cuenta de la ceremonia de entrega de premios: el primero recayó sobre Marcelino Soriano, un habitante de Peguerinos que mató siete de las odiadas alimañas.

En Ávila, la labor exterminadora concluyó con éxito a finales de los años 60, y los ganaderos olvidaron que vivían en tierra de lobos. Hasta que la relajación de la persecución directa y el progresivo abandono del medio rural, que implica un aumento de las presas naturales del lobo, como el corzo o el jabalí, permitieron a la especie recolonizar sus antiguos territorios al sur del Duero. “Confirmamos la primera reproducción de la especie en la provincia entre el año 2000 y 2001”, dice el coordinador de la Patrulla de seguimiento de fauna de Ávila, Nicolás González. Ahora viven en Ávila entre cuatro y seis manadas, con entre cinco y diez ejemplares cada una, según los datos de la Junta.

Para González, la presencia del lobo en Ávila es “un lujo natural por el que hay que pagar un peaje”: el conflicto con los ganaderos, que en su opinión está muy exagerado. A González le toca “hacer encaje de bolillos” para mantener la frágil convivencia entre lobos y ganadería extensiva. Y para ello la Junta autoriza, “como medida excepcional ante daños al ganado”, el control poblacional: entre 2007 y 2013, la patrulla ha matado siete lobos.

“Ni es un drama que muera algún animal doméstico, ni es un drama si hay que controlar algún lobo”, sostiene González. Sobre el recrudecimiento del conflicto entre detractores y defensores, González dice que “todo en el lobo se exagera, tanto los que sufren los daños como los que abogan por una protección a ultranza de la especie. Estamos acostumbrados a este ruido, aunque cada vez hay más, porque se sacan las cosas de quicio, cosa que no es buena para el lobo”.

Pero ruido en defensa del lobo es precisamente lo que quiere hacer el naturalista y director de documentales Luis Miguel Domínguez. El movimiento que lidera, “Lobo Marley”, ha conseguido más de 130.000 firmas digitales para “evitar el exterminio del lobo en Ávila”. Domínguez dice que les ha tocado salir a la palestra porque desde los años de Félix Rodríguez de la Fuente no se había visto un odio tan virulento contra la especie. Una virulencia injustificada, según el naturalista, que demuestra que el lobo es un “chivo expiatorio” de las organizaciones agrarias. “¿Tú crees que el campo abulense no tienen mayores problemas que el lobo? Su lobo de verdad está en el mercado, en el precio de su leche, de su carne”.  

Además, Domínguez critica que toda la gestión de la especie gire en torno a un único sector económico, la ganadería, e ignore a otros como el ecoturismo, que pueden beneficiarse de la gran atracción que sienten por el lobo muchos amantes de la naturaleza: en la zamorana Sierra de la Culebra, el lugar con más lobos de la Península, el turismo lobero supone unos ingresos de 500.000 euros anuales.

Frente a ese modelo, dice Domínguez, las administraciones optan por “seguir machacando al lobo” y excluyen a los científicos de la gestión de la especie. Científicos como Jorge Echegaray, que defienden que, a falta de censos nacionales que evalúen con rigor el estado de sus poblaciones (el último se realizó en 1988), la especie no está tan recuperada como quieren hacer ver algunos. Para Echegaray, la conservación a largo plazo del lobo ibérico “está en entredicho” por la elevada mortalidad no natural causada por el ser humano y por la disparidad en su gestión.

“Al menos 500 adultos reproductores en 254 manadas existen en toda la Península Ibérica, lo cual constituye un indicador de su precariedad poblacional. Cuenta con un estatus poblacional similar al de la amenazada y estrictamente protegida águila imperial ibérica, pero su gestión es totalmente opuesta”, dice Echegaray.


Pero el lobo, a su pesar, no es un águila. “El conflicto del lobo no tiene soluciones definitivas. Se podrá mejorar la convivencia, pero donde haya lobos y ganadería extensiva, habrá conflicto”, afirma Nicolás González. “¿Cuándo terminará la guerra entre el hombre y el lobo?”, se preguntaba Félix Rodríguez de la Fuente en los años 70. Su pregunta, en Ávila y en todas partes, sigue tan abierta como siempre

(Este reportaje fue galardonado con el IV premio Alberta Giménez de periodismo, en la categoría de mejor reportaje ambiental escrito)

sábado, 6 de octubre de 2012

Esos increíbles bichos con plumas



Pocas cosas en la naturaleza despiertan tanta pasión y fascinación como las aves. Dinosaurios vivos, los pájaros han conquistado todos los hábitats del planeta y han desarrollado una diversidad de aspectos y comportamientos asombrosa. Para rendirles tributo, Birdlife International –una de las organizaciones conservacionistas más importantes del mundo, representada en nuestro país por la Sociedad Española de Ornitología- organiza el primer fin de semana de octubre el Día Mundial de las Aves.

Es un evento que en España coincide con el paso migratorio de millones de pájaros, que viajan hacia el sur en busca de tierras más cálidas, y que busca concienciar sobre los muchos problemas de conservación a los que se enfrentan.

También, quizá lo más importante, sirve para acercar las aves a la gente, que de tan presentes muchas veces se nos puede olvidar su existencia, y así, acercarles también a la belleza de la naturaleza. Hace unos días pude entrevistar a Josep del Hoyo, el padre del ‘Handbook of the Birds of the World’, la “biblia” de la ornitología, que defendió este papel de los pájaros como agitadores de conciencias:


"Cuando una persona ve la belleza y la diversidad de las aves, aunque no tenga interés previo es muy fácil que ya vea la vida y el planeta de otra manera".


Así que creo que lo mejor en este Día de las Aves será compartir algunos vídeos que ilustren lo alucinantes que son estos bichos con plumas. Como esta garcita, que cual pescador, utiliza un trozo de pan como cebo para atrapar peces:


 O el increíble ave lira, del género menura, que tiene una increíble capacidad para copiar cualquier sonido que escuche, incluso el de una motosierra:


Si nos ponemos con belleza, y aunque sea topicazo, creo que pocas cosas se acercan a la suntuosa hermosura de las danzas nupciales de las aves del paraíso de Nueva Guinea.  
  

Y un último vídeo, esta vez más cercano. Que para algo España es el país con mayor biodiversidad de Europa y paraíso de pajareros de todo el mundo. No tengo otra palabra para describirlo que maravilloso. Que lo disfrutéis:


 

domingo, 22 de julio de 2012

La asamblea que echó al rey de la presidencia de honor de WWF España

“Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí…” El salón de actos del Real Jardín Botánico de Madrid enmudeció cuando Pedro Calderón, presidente de WWF España desde hace apenas mes, empezó a cantar los resultados de la votación de la asamblea extraordinaria de socios. Hubo que esperar treinta "síes" hasta que Calderón sacara de la urna el primer “no”. El resultado ya estaba claro.

Los socios de WWF España acababan de aprobar la supresión del artículo 6 de los Estatutos sociales, que dice: “Es Presidente Fundador y de Honor de la Asociación su Majestad El Rey D. Juan Carlos I de España.” De 245 votos, hubo 13 en contra, 1 en blanco, y 5 abstenciones. La abrumadora mayoría de los socios (el 92%, no el 94% como puse por error en twitter por eso del directo) votó a favor de quitar al rey la presidencia de honor de WWF España, un cargo simbólico que ostentaba desde 1968, cuando se fundó la asociación.

Cuando se cerró el acta de la asamblea extraordinaria, rodeada de un cierto aura de secretismo (estuvo cerrada a la prensa), el alivio entre el personal de WWF España, incluido su secretario general, Juan Carlos del Olmo, era visible. Acababa así la crisis más grave de la historia de esta veterana organización conservacionista, unos meses muy duros y tensos desde que se viera envuelta, de rebote, en la tormenta desatada tras el accidente que sufrió el rey durante una cacería de elefantes en Botswana.

Entonces, aparte de la presión en las redes sociales, lo peor para la organización fueron los incontables socios que –sobre todo en el extranjero- manifestaron su indignación y su malestar por el hecho de que la presidencia de honor de WWF España la ostentara un señor que mata elefantes por placer.

Antes de votar en la asamblea, se explicó a los presentes que se habían producido cientos de bajas de socios en todo el mundo, y que lo que estaba en juego era “la imagen y la credibilidad” de la organización. No era un debate sobre la caza –pues WWF no se opone a la caza legal y regulada de elefantes- y tampoco sobre la figura real, aunque es evidente que la decisión es un reflejo de la maltrecha imagen pública de la monarquía en España. Es la primera vez que se quita al rey un cargo honorífico en una asociación, algo seguramente impensable hace muy pocos años. El rey no es intocable.

Creo que es también un reflejo de que la sociedad –y los socios de WWF- han cambiado mucho, de que comportamientos que antes pasaban desapercibidos (no era ningún secreto la larga afición del rey por la caza) ya no son aceptados socialmente.

Y a pesar de todas las críticas que ayer se lanzaron contra WWF España, muchas de ellas injustas y fruto de la desinformación, me parece que lo sucedido en el Jardín Botánico y, en general, la forma en que la organización ha manejado toda esta crisis, ha sido una lección de democracia para todos.

O dicho en palabras de Joaquín Araújo, miembro de la Junta Rectora de WWF España: “Lo que ha pasado hoy es un ejemplo de ética en una sociedad muy necesitada de ella.”

PD: Yo estaba en la asamblea en calidad de socio. ¿Adivináis el sentido de mi voto?

domingo, 15 de julio de 2012

"Aguirre ha matado el proyecto del Parque Nacional del Guadarrama"


Divulgador, guía, montañero, naturalista e infatigable defensor del patrimonio de Madrid y, sobre todo, de la sierra de Guadarrama, la vida de Julio Vías (Madrid, 1957) está marcada desde sus primeros recuerdos por un idilio con esas montañas. Sus “Memorias del Guadarrama” son una referencia para todos los amantes de la sierra, por eso, muchos consideran a Julio “el cronista del Guadarrama.” Este cronista, o activista, como él prefiere definirse, hizo una pausa en su habitual lectura de textos históricos en la Biblioteca Nacional para charlar conmigo sobre el reciente anuncio de que, tras once años de proceso, por fin sedeclarará un Parque Nacional en la sierra de Guadarrama.     

¿Estás satisfecho con la próxima declaración del Parque Nacional de las Cumbres del Guadarrama?

Francamente no, como la mayoría de la gente que se preocupa por la defensa del Guadarrama. Aunque dentro de los que estamos descontentos, que somos casi todos, hay algunos sectores que no quieren el parque bajo ningún concepto tal como está diseñado, y algunos otros, que somos más pragmáticos, decimos “Vamos a coger el Parque que nos dan, aunque sea muy deficitario, que ya con la base de un parque nacional declarado vamos a tener muchos más argumentos para exigir”. Pero contento no estoy, porque el Parque flaquea por todos lados.

¿Cuáles son las mayores deficiencias del Parque Nacional, tal y como se va a declarar?

El ámbito territorial está muy reducido, incluso respecto al primer Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), el que elaboró el equipo científico de Eduardo Martínez de Pisón, que contemplaba una zona de protección mucho más amplia, y se ha limitado en criterios de protección. El ámbito territorial no se ha definido por cuestiones proteccionistas, científicas o ecológicas, sino por cuestiones ajenas a la protección, como es que se ha preferido hacer un parque con propiedad pública, que no da ningún problema, a uno con propiedad privada, que es mucho más conflictiva.

Por ejemplo, se ha renunciado a meter el pinar de los Belgas [o “Pinares del Paular”, en la cabecera del valle del Lozoya], que es una de las zonas con mayor biodiversidad, simplemente porque es de propiedad privada. Se queda fuera la gran biodiversidad de la sierra de Guadarrama, que está entre los 1.100 y los 1.700 metros de altitud.

Julio Vías.
Al final el Parque Nacional sólo protege las cumbres, que ya estaban protegidas.

Claro, es proteger lo que ya estaba protegido. En eso me alineo con la posición de las asociaciones ecologistas, se ha protegido lo que ya estaba protegido. Es la máxima figura de protección que contempla la ley española, bienvenido sea que esté declarado, pero hace falta seriedad, y hace falta declarar mucho más.

¿Por qué crees que se ha perdido ambición desde las primeras propuestas de Parque Nacional?

Por la política urbanística de la señora Aguirre, ella es neoliberal y ha apostado, ya evidentemente no, porque quien ahora apueste por la construcción salvaje está fuera de la realidad, pero su política es la construcción, lo ha demostrado hace poco con el famoso proyecto de Ley de Viviendas Rurales Sostenibles. También influyen las presiones que ha recibido del lobby del esquí. El nuevo Plan de Ordenación de los Recursos Naturales que ha aprobado el gobierno de la Comunidad de Madrid contempla la unión de las estaciones de Valdesquí y Vavacerrada, duplicar el número de pistas. Autorizar eso en el corazón del Guadarrama, en la cabecera de uno de los espacios naturales más importantes de España, como es el Valle del Eresma, es inconcebible e insostenible en el momento en que se quiere hacer un Parque Nacional.

¿Ves amenazas urbanísticas más allá de esta Ley de Viviendas Rurales Sostenibles?

La crisis pasará, y los especuladores, los alcaldes, trabajan muy a largo plazo. Ellos recalifican, presionan, tocan los hilos de la administración que les interesa, y no renuncian a seguir urbanizando la sierra, porque la burbuja pasará y tienen una demanda de vivienda garantizada, la sierra está a media hora de Madrid. Yo creo que lo mejor que ha podido pasar desde el punto de vista ambiental a la sierra de Guadarrama es la burbuja inmobiliaria. Siempre el medio ambiente acaba teniendo un respiro por las crisis.

Gallardón hizo público el anuncio del proyecto de Parque Nacional en 2001. ¿Cómo han sido estos once años?

Cuando se anuncia el proyecto había un entusiasmo tremendo en ámbitos ecologistas, académicos y científicos. Pero los once años pasan factura, se han hecho muy largos y hemos ido desinflándonos mucho… El primitivo PORN de Gallardón no iba a ser la panacea, pero hemos visto muy limitadas nuestras expectativas. Desde ese aspecto ha sido duro, para los que hemos estado ahí ha sido muy enriquecedor, pero es frustrante cuando van tirando para atrás el proyecto, como cuando llega Esperanza Aguirre y se echa hacia atrás ese primer PORN.

Y ahora Esperanza Aguirre se va a poner la medalla de defensora de la sierra.

Claro, se va a apuntar el tanto porque parece que el Parque Nacional lo ha propuesto ella, que ella ha llevado el proceso, y ahora lo ha declarado ella. Pero no es así, es un proceso que viene de muy antiguo. Esperanza Aguirre ha sido la principal detractora del Parque Nacional, sólo ha reducido el ámbito territorial y los criterios de protección.

¿Dirías que más bien ha matado el proyecto del Parque Nacional?

Esperanza Aguirre lo ha matado, totalmente, seguro. Y si no matado, lo ha desvirtuado totalmente. Pero ahora no tenemos otra opción, ya echarlo para atrás... Vamos a coger lo que tenemos, y a partir de ahora, con el argumento de un Parque Nacional ya declarado, la figura jurídica de protección más importante de la ley española, seguiremos machacando hasta que veamos satisfechas nuestras reivindicaciones.

Tú participaste desde el principio en uno de los grupos que más presionaron por el Parque Nacional, el proyecto Allende Sierra.

Sí, tuvo mucha resonancia, en 2004 doce personas de Madrid y Segovia de varias asociaciones decidimos cruzar un puerto cada estación del año, un paso que pusiera en comunicación las dos vertientes, las dos Comunidades Autónomas implicadas, para explicar los valores del Guadarrama a todo el que nos siguiera. Empezamos cuatro monos y al final conseguimos movilizar a partidos políticos, sindicatos… Incluso conseguimos subir al puerto del Malagosto a la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Pero éramos grupos muy heterogéneos, teníamos muchas discrepancias internas, y al final la iniciativa de Allende Sierra se quedó en nada.

¿Y ahora, crees que es posible que se reedite un movimiento de lucha por la sierra?

Creo que con el Parque Nacional puede haber una concienciación general. Siempre he pensado que la lucha por proteger el Guadarrama empieza ahora. Ya llevamos 11 años dando la vara con movilizaciones, y la verdadera lucha empieza ahora. Se declara el Parque Nacional y llega el momento de exigir a las administraciones que ese parque se convierta en nuestro parque, y no en el de ellos. No en el que nos han dado, sino el que nosotros exigimos desde hace muchísimo tiempo, el que debe garantizar la protección de la sierra de Guadarrama en su conjunto.

¿Cuáles son los mayores valores de la sierra?

El gran valor que tiene la sierra de Guadarrama, un valor añadido, es estar a media hora de una de las capitales europeas más pobladas. Eso es un valor y también un riesgo. Y en cuanto a valores naturales, el conjunto de bosques que tiene la sierra de Guadarrama, yo incluso metería El Pardo, que es pie de monte, los pinares, la zona de cumbres que en muchos aspectos está todavía intocada… Es un lujo asiático para una ciudad como Madrid tener eso a media hora, si fuésemos otro país nos limpiaríamos los pies en un felpudo antes de pasar a la sierra, pero en España no tenemos esa conciencia ambiental.

El monumento al guarda forestal del Mirador de los Robledos, en el valle del Lozoya (foto:Guillermo Prudencio)

¿Entonces crees que desde Madrid no se valora el Guadarrama?

Bueno, cada uno lo aprecia desde su óptica, el ciclista desde su óptica, el montañero desde la suya, a mí por ejemplo me gusta recorrer la sierra a pie y en solitario. Está claro que cada vez somos más los que la apreciamos, pero desde Madrid se ha tardado mucho en valorarla, y los políticos desde luego no lo valoran. La prueba es que llevamos once años con un proceso de declaración de Parque Nacional que ha sido, más que una verdadera voluntad de conservar la sierra, un instrumento para tirarse los trastos a la cabeza entre los distintos grupos políticos.

¿Y de tus primeros recuerdos de la sierra, qué se ha perdido?

No me gusta recrearme en la nostalgia, pero una cosa que echo mucho en falta es el mundo rural. Asistí a los últimos estertores del mundo rural, recuerdo cosas como carros de bueyes, sin ruedas de goma, carros de bueyes pasando por pueblos como Miraflores de la Sierra o Soto del Real. Recuerdo ver a las mujeres segar los prados con la guadaña en el Paular… Esa visión bucólica se ha perdido. Lo echo de menos pero no pretendo una vuelta al pasado. También recuerdo la sierra mucho más grande que la de ahora, pero eso ya es culpa mía, porque yo era un pequeñajo y veía las montañas como algo inmenso. Ves ahora la sierra de Guadarrama y dices, “¡qué montañas más pequeñas!” - ríe -. Es mi lugar pero se ha quedado muy pequeño.

¿Y hemos ganado algo?

 Se ha perdido mucho y también se ha ganado, sobre todo en conciencia ambiental. A principios de los 60, había muy poquita conciencia ambiental de defensa de la naturaleza. En eso hemos ganado mucho, pero también ahora los riesgos y las presiones son mucho más grandes.

¿Crees que con la declaración de Parque Nacional va a aumentar la presión sobre la Sierra?

Yo creo que la sierra no puede estar más masificada de lo que ya está. Si me dicen que van a declarar Parque Nacional unas montañas alejadas de Madrid, como los Ancares, diría, “ni hablar, que se quede como está”. Pero el Parque Nacional del Guadarrama lo que tiene que traer es más protección, estará tan masificado como ahora, pero mucho más regulado. Es que ahora mismo vayas donde vayas hay gente, y en estos diez años mucho más. Los que íbamos a la sierra hace cuarenta años ya la considerábamos masificada, y ojala pilláramos ahora la masificación de los 70... - ríe - Pero también es un síntoma de que es más valorada.

Me decías que te gusta pasear solo por la sierra. ¿Quedan en el Guadarrama sitios que se puedan disfrutar en soledad, donde no llegue nadie?

La sierra es muy pequeña pero es muy grande, y hay lugares que están muy apartados, lugares maravillosos que conoce muy poca gente, que para llegar hasta ellos a lo mejor tienes que andar 6, 7 horas. ¡Pero benditas horas, ojalá sigan así! Yo no los divulgo, ni se me ocurre hacerlo, me han propuesto que haga una guía o un mapa con estos lugares, pero ni se me ocurre hacerlo – ríe - No es que quiera quedármelos para mí, pero tengo la filosofía de que es mucho más emocionante descubrir las cosas por ti mismo, llegar a un sitio por ti mismo y decir, “¡Dónde estoy, qué maravilla!”.

¿Por ejemplo?

Recuerdo las pozas del Purgatorio, que era un sitio que no conocía nadie. Pues salieron en “El País” con una crónica de Andrés Campos, una persona que admiro, pero fue sacarlas y se acabó, las conoce todo el mundo. Qué vas a hacer, tampoco puedes ocultar el bombón a nadie… Pero se veían nutrias en las pozas del Purgatorio, y ya no las ves, para verlas tienes que ir apartando bañistas, ahora tienen que compartir el rio con mucha gente. Aún así creo que si las cosas están bien reguladas, las podremos disfrutar todos sin riesgos para el medio ambiente.

¿Hay aspectos en los que la sierra está mejorando ambientalmente?

Hay valores en alza. Por ejemplo, recuerdo que a principios de los 80 trabajaba en el Pinar de los Belgas y había quince parejas de buitre negro, hoy hay cien. La nutria está en recuperación, el lobo, que era impensable en los 70 que volviera, pero ha llegado. Nadie hubiese pensado que en el momento de mayor masificación y riesgo volviera a llegar, pero mira por donde ha llegado. Son claroscuros, hay muchas más amenazas que antes pero en muchos aspectos hay menos amenazas y hay mejorías.

La Pedriza del Manzanares, una de las joyas geológicas de la sierra de Guadarrama.


Decías que uno de los mayores valores ambientales de la Sierra del Guadarrama son sus bosques. En la revista Quercus leí un artículo tuyo en el que llamabas la atención sobre el incierto futuro del pinar de los Belgas.

Lo del pinar de los Belgas es una faena, una tragedia. Una de las cosas que han mejorado en la Sierra son los bosques, ha habido una mayor conciencia por parte de los que los aprovechan, y los pinares en general han mejorado, pero he estado hace poco pateando mucho el pinar de los Belgas, y se ve el descuido, porque ya no es rentable. Está en quiebra técnica el aserradero del espinar, del Paular... El de Valsaín lo soporta el Ministerio, pero está perdiendo dinero, y al no haber beneficios no hay inversiones. Antes en la sierra había masas de pinar espléndidas, que estaban muy bien cuidadas. Ahora las veo con escolítidos, pinos atacados con insectos perforadores, que antes se sacaban rápido, ahora no se cortan, y es un peligro para el monte y una pena.

¿Podrían incluirse esos pinares en el Parque Nacional, teniendo en cuenta que estaría prohibida la actividad maderera?

La Ley de Parques Nacionales excluye el aprovechamiento extractivo, pero autoriza los usos tradicionales. ¿Dónde está el límite? ¿Por qué el aprovechamiento de los pinares, que se ha hecho siempre, y en los últimos 100 años es racional y sostenible, por qué tiene que ser extractivo y no tradicional? ¿Por qué puedes extraer corcho en Monfragüe y no madera en la sierra? Se considera tradicional la ganadería, y en cambio no se considera así la saca de maderas. Hay gente que es partidaria de dejar los bosques sin aprovechar, eso es impensable, tal como están conformados los bosques del Guadarrama, si dejas de mantenerlos como hasta ahora, declinan y al final arden. Los pinares del Guadarrama van a dejar de ser explotados prácticamente ya, porque no son rentables, y debería comprarlos el Ministerio para incluirlos en el Parque Nacional y que sigan siendo gestionados, para mantenerlos. Hay rumores de que se van a meter parte de los Belgas, pero solo son rumores, de momento sólo están confirmadas 3.000 hectáreas del Pinar de Valsaín, una reclamación que le hicimos a Arias Cañete.

Parte del futuro Parque Nacional es ahora el Parque Natural de la vertiente segoviana, de cuya junta tú eres miembro. ¿Qué se habla en las juntas?

Sí, yo estoy en la junta del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama representando a las asociaciones ecologistas, es el parque declarado en Segovia, que tiene un 85.000 ha, y 11.000 pasarán a ser Parque Nacional.

El otro día tuvimos la primera junta, no nos habíamos reunido en dos años, desde que se creó. Hubo mucha polémica con el tema del lobo, que ya han llegado al Guadarrama afortunadamente. Yo no saqué el tema para nada pero me llamaron de todo. Hay mucha tensión en los pueblos del pie de monte del norte de la sierra, en la zona de Sigueruelos, Sotosalbos, Arcones, porque el lobo está matando bastante ganado, y claro, si defiendes eso… En la reunión había representantes de ganaderos, alcaldes... Estaban los ánimos bastante exaltados, me llamaron ecologista, me llamaron de todo, y dije, “Señora, no me llame ecologista que no es un insulto para mí sino todo lo contrario” - ríe -.

Más que ecologista, muchos te consideran “El cronista del Guadarrama”. ¿Estás de acuerdo con esa definición?

Yo me he criado en la sierra, y como he sido consciente del deterioro progresivo durante todos estos años, pues te conciencias y me puse de entrada a escribir un libro. No me disgusta la palabra cronista, es verdad que he contado toda la historia del Guadarrama, pero me considero más que un cronista. Yo quiero ser un activista por la sierra de Guadarrama.

domingo, 15 de abril de 2012

Sobre WWF, elefantes y cacerías reales

Ayer la Casa Real española volvió a estar en el centro de atención: el rey Juan Carlos había sido operado de madrugada tras romperse la cadera en un viaje de caza en Botsuana. Al parecer, el jefe del Estado habría pasado la última semana cazando elefantes, un entretenimiento que sale por el módico precio de unos 30.000 euros. En el momento que atraviesa el país no parece una actividad muy ejemplar. Lo dice el editorial de El Mundo de hoy: "un viaje irresponsable en el momento más inoportuno."

Pero volviendo a ayer por la mañana, sin duda el tema estalló cuando empezó a moverse una foto bochornosa y repulsiva –que a estas alturas ya ha debido ver todo el país- en la que aparecía el rey posando orgulloso frente a su pieza de caza, un elefante africano derribado contra un árbol.

El rey Juan Carlos, preocupado por España.
A la frivolidad que supone pasar una semana de cacería en África mientras el país las pasa canutas se le une que los elefantes son de esos animales que encantan a la gente: son majestuosos, son tiernos, son inteligentes. A todo el mundo le gustan los elefantes. Y aunque la afición del monarca por la caza no es nueva en absoluto, aparecer posando con un rifle delante de un elefante muerto deja su imagen por los suelos.  En palabras de Antoni Gutiérrez-Rubí: 
El monarca no puede, ni debe, ignorar que cazar elefantes por placer es obsceno y hiere, profundamente, millones de sensibilidades. Tiene todos los componentes para resultar despreciable. Además, la puesta en escena de una cacería preparada para el goce, alimenta todas las imágenes perversas de la opulencia y el poder.
Pero de esto ya se ha hablado mucho, y yo quería tratar aquí otro tema. A lo largo de la mañana, algunas personas empezaron a destacar en twitter el hecho de que el rey Juan Carlos es presidente de honor de la organización ecologista WWF España: 

Desde luego parece cuestionable que una de las organizaciones de conservación de la naturaleza más importantes del mundo tenga como presidente de honor a un señor que disfruta matando elefantes: una especie amenazada, clasificada como vulnerable en la lista roja de la UICN, y protagonista de algunas de las más importantes campañas de WWF. 

Pues a eso de las 19.00h llegaba la única reacción hasta el momento de la organización: "WWF España no comenta el hecho de que el rey sea presidente de honor de la ONG ecologista", escribió Rafa Méndez en su twitter. Inaudito. Y casi al mismo tiempo, empezaba a moverse un enlace que supuestamente demostraba que de inaudito nada, que WWF apoya la caza de elefantes. 

El enlace llevaba a un documento de trabajo de WWF para la CoP 14 (celebrada en 2007) del convenio Cites, el convenio que regula el comercio internacional de especies amenazadas. Se trata de la postura de WWF ante una enmienda propuesta por Botsuana, cuyo punto 1 dice que se permitirá para la población de elefante de Botsuana "trade in hunting trophies for non-commercial purposes (comercio de trofeos de caza para fines no comerciales)". WWF apoya este punto "porque no refleja ningún cambio para la población de elefante africano de Botsuana."

En principio me he sentido horrorizado al leer esto, yo que admiro el trabajo en defensa de la naturaleza de WWF. ¿Cómo es posible que les parezca bien que se cacen elefantes en Botsuana? Algo raro había ahí, así que me he puesto a investigar un poco.

Las poblaciones de elefante, uno de los más emblemáticos animales de la fauna africana, sufrieron un declive brutal a partir de finales de los años 70: se pasó de una población de algo más de 1'2 millones de individuos, a una de alrededor de 600.000 a finales de los 90. Esta tragedia tenía una causa clara: el comercio internacional de marfil. En los peores años se llegaban a matar 75.000 elefantes -¡al año!- para vender sus colmillos en los mercados occidentales, sedientos de marfil. Los últimos datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), del año 2006, estiman una población de unos 470.000 elefantes con una tendencia al alza, de un 4% anual.    

Volviendo a la caza. En el año 1989, cuando la situación de la especie ya empezaba a ser insostenible, el convenio Cites declaró ilegal el comercio internacional de marfil al incluir al elefante africano en su Apéndice I, reservado para las especies en peligro de extinción. Pero el convenio Cites incluye ciertas excepciones para el comercio con el elefante africano, entre ellas la caza deportiva, como se explica en la página de la UICN:

The sport hunting of elephants is permitted under the legislation of a number of Range States, and the following countries currently (2007) have CITES export quotas for elephant trophies: Botswana, Cameroon, Gabon, Mozambique, Namibia, South Africa, Tanzania, Zambia and Zimbabwe.
En ciertos países Cites aprueba una cuota anual de elefantes que pueden ser cazados y exportados como trofeos de caza. En Botsuana, el país al que se refería el enlace de WWF en cuestión y dónde fue de cacería el rey, en 2011 se dieron permisos para cazar 400 elefantes, el 0'3% de la población total, 130.000 individuos (Botsuana es el país con mayor población de elefante africano). Desde un punto de vista numérico, no parece significativo. ¿Y para qué sirve permitir estas cacerías de elefantes? Lo explica la UICN en su web: 
  Some community-based conservation programmes in which revenue from the sport hunting of elephants reverts directly to local communities have proved effective in increasing tolerance to elephants, and thus indirectly in reducing levels of human-elephant conflict.
El elefante africano no está salvado, y el furtivismo y el comercio ilegal de marfil sigue siendo un problema: de hecho, a principios de este año WWF denunció la matanza de entre 200 y 300 elefantes en un Parque nacional de Camerún. Pero en países como Botsuana las poblaciones de elefante están estabilizadas en unos niveles lejanos al peligro de extinción, y con estas exclusivas cacerías legales (por las que se pagan hasta 30.000€), es posible reducir, indirectamente, "los niveles del conflicto ser humano-elefante."

En Botsuana, más que el furtivismo por el marfil el problema para el elefante es el conflicto con una población humana en constante crecimiento. Los elefantes se quedan sin territorio, por la pérdida del hábitat y una fuerte competencia por el agua y la comida. Si la población local se puede beneficiar de los elefantes -aunque sea organizando algunas cacerías- aumentará la tolerancia hacia ellos. Y mientras esa caza no ponga en peligro la población en cuestión, puede ser una herramienta de conservación.

Así se explica el enlace de WWF. Por motivos de conservación WWF no se opone a que en ciertos lugares se cacen elefantes: es una organización conservacionista, no animalista.

¿Pero que lo haga su presidente de honor en España, por placer? Hay que ser muy salvaje para matar un elefante por placer. Una persona que disfruta matando un elefante no puede amar la naturaleza. WWF España debería meditar si es coherente tener como presidente de honor a un señor que, evidentemente, ni comparte ni promueve los valores de la organización.

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Más información (en inglés):
Elephant Ivory Trade FAQs 
Elephant and Cites: the facts 

miércoles, 28 de marzo de 2012

La epidemia invisible de la pobreza energética

Aunque pueda resultar difícil de creer, en España, en el año 2012, aún hay gente que se muere de frío en su casa. Según estimaciones del Estudio sobre Pobreza Energética en España que ha elaborado la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), son más que en las que pierden la vida en accidentes de tráfico: entre 2.300 y 9.300 muertes prematuras cada año (del 10 al 40% de la mortalidad adicional de invierno) se deben a la pobreza energética.

“Cuando uno oye hablar de pobreza energética piensa en países en desarrollo”, comentaba ayer Sergio Tirado Herrero, investigador de la Universidad Europea Central, durante la presentación del estudio en el salón de actos del IDAE en Madrid. Pero el estudio revela que en 2010, el 12% de los hogares españoles se encontraban en situación de pobreza energética. Tirado, que ha dirigido el estudio, está seguro de que la tasa se ha incrementado desde entonces.

Para los que no estén familiarizados con el concepto, se considera que un hogar está en situación de pobreza energética cuando es incapaz de pagar la energía suficiente para satisfacer sus necesidades, o cuando tiene que destinar más de un 10% de sus ingresos a pagar esa energía. Los factores que influyen en esta situación son tres: los ingresos de la familia, los precios de la energía, y la eficiencia energética de la vivienda.

Por eso desde el comienzo de la crisis han aumentado las tasas de pobreza energética: los ingresos de las familias han caído en picado mientras los precios de la energía seguían subiendo. Precisamente ayer el Ministro de Industria, José Manuel Soria, anunció que la factura de la luzsubirá entre un 5 y un 7% a partir de Abril, algo que sin duda dejará en situación de pobreza energética a más familias. Sobre todo, a las que se van uniendo a las filas del paro: el estudio de ACA pone de manifiesto una clara relación entre pobreza energética y desempleo, y estima que en 2012 “uno de cada tres hogares cuyos miembros estén en paro se encontrará en situación de pobreza energética en España”. 


¿Cómo es posible que un problema de esta envergadura sea tan desconocido? Sergio Tirado, que ha dirigido el estudio, explicó que en España la pobreza energética “es un problema invisible, que se vive de puertas para adentro”. La sensibilización y el reconocimiento de esta problemática, tanto a nivel político como económico y social, es uno de los objetivos que persigue la Asociación de Ciencias Ambientales con este estudio.

Para hacerse una idea de hasta qué punto esta es una epidemia silenciosa, al acabar la presentación José Luis López, de ACA, me comentaba que no hay indicadores ni datos específicos sobre pobreza energética en nuestro país, por lo que el estudio se ha tenido que basar, en gran medida, en estimaciones o encuestas cuya veracidad depende de la buena fe del entrevistado.

Curioso, que apenas haya datos de un problema que mata más personas que los accidentes de tráfico. Y que exista una metodología estadística rigurosa para estudiar la pobreza energética es indispensable para que se puedan desarrollar políticas específicas que la erradiquen en nuestro país.  Sergio Tirado explicó que en España hay políticas que tienen un impacto sobre la pobreza energética, como el bono social, pero no hay una política específica para ello como en Reino Unido, aunque varias directivas europeas (2009/72/CE y 2009/73/CE) obligan a los Estados miembros a desarrollar planes para combatir la pobreza energética.

Además, según Tirado el bono social no siempre está bien dirigido, pues “no todos los que reciben bono social están en una situación de pobreza energética”, por lo que ese tipo de ayuda sólo sería útil a corto-medio plazo. Para él, “la única solución a largo plazo para la pobreza energética es la rehabilitación energética de viviendas”. Su estimación es que de aquí a 2030, con una inversión anual de 2.150 millones de euros, se podrían rehabilitar 2,1 millones de viviendas, todas las que se encontraban en situación de pobreza energética en el año 2010. Sería además una fuente importante de empleo verde: 35.000 empleos estables hasta 2030, 17 empleos anuales por cada millón de euros invertidos.  

Sobre este ambicioso propuesta lanzó un jarro de agua fría el secretario del Consejo General de Administradores de Fincas, Marcial Tarín: “Si no pueden con el gasto del día a día, cómo van a rehabilitar sus viviendas”. Sergio Tirado aceptó la crítica y admitió que para rehabilitar "hay muchas trabas, sobre todo en la inversión inicial". En estos tiempos de crisis, hay un problema evidente de financiación. Desde ACA piden que los fondos para mejorar el parque de viviendas se dediquen de forma prioritaria a los hogares en pobreza energética, y una alternativa interesante de la que se habló en el debate posterior a la presentación son las empresas deservicios energéticos, que invierten en aumentar la eficiencia energética de tu casa a cambio de una fracción de lo que ahorras.  

PD: No se me ha olvidado el link del estudio. Aún no está disponible en internet, pero en cuanto lo esté lo subo por aquí.